lunes, 4 de mayo de 2009

IGUALDAD ENTRE MUJERES Y HOMBRES.Actuar contra la diferencia de retribución entre mujeres y hombres:

  • La diferencia de retribución entre mujeres y hombres sigue siendo una realidad en la Unión Europea. En gran parte, esta diferencia no puede atribuirse a criterios objetivos. En una Europa que quiere ser moderna y competitiva y que se enfrenta a cambios demográficos (es decir, a la previsible disminución de la población activa), la lucha contra la diferencia de retribución es, más que un símbolo, un gran desafío. Desde esta perspectiva, la Comisión, tras haber analizado las causas, establece una serie de pautas de actuación para acabar con esta desigualdad y hace un llamamiento a la movilización de todas las partes interesadas.
    ACTO
    Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones, de 18 de julio de 2007, "Actuar contra la diferencia de retribución entre mujeres y hombres" (COM (2007) 424 final - no publicada en el Diario Oficial).
    SÍNTESIS
    El Tratado de Roma recoge, desde 1957, el principio de igualdad de retribución entre trabajadores y trabajadoras. El artículo 141 del Tratado CE establece que los Estados miembros deben garantizar la aplicación del principio de igualdad de retribución para un mismo trabajo o para un trabajo de igual valor. Por otra parte, la reducción de la diferencia de retribución es uno de los objetivos de la Estrategia Europea para el Crecimiento y el Empleo.
    Sin embargo, en la práctica, la situación sigue siendo problemática. Tal y como se destaca en el Plan de trabajo para la igualdad entre las mujeres y los hombres , la diferencia de retribución entre las mujeres y los hombres apenas se redujo en los diez últimos años a pesar de las acciones y medidas aplicadas en este sentido. De acuerdo con las cifras oficiales, en 2005 las mujeres ganaban por término medio un 15 % menos que los hombres en la Unión Europea, lo que representa una mejora de tan solo dos puntos porcentuales con relación a 1995. Una evolución anecdótica si se tiene en cuenta el aumento considerable de la tasa de empleo femenino.
    La mayor parte de las causas vinculadas a esta diferencia no obedecen a factores objetivos. En todos los Estados miembros, las mujeres obtienen mejores resultados escolares y son mayoría entre los titulados de la enseñanza superior. Resulta inexplicable, por tanto, que no obtengan condiciones más favorables en el mercado laboral y que su potencial productivo no se valore más de lo que se hace en la actualidad.
    La lucha contra la diferencia de retribución entre las mujeres y los hombres sobrepasa ampliamente el marco de intervención de la Comisión Europea, motivo por el que se precisa la movilización de todas las partes interesadas, empezando por los Estados miembros y los interlocutores sociales, que constituyen el centro de gravedad de las decisiones y las acciones.
    Un fenómeno complejo y persistente
    La diferencia salarial es una cuestión compleja. Sus causas son múltiples. Las diferencias de retribución pueden explicarse por factores objetivos:
    · características individuales (edad, nivel de educación, experiencia, etc.);
    · elementos vinculados al empleo (profesión, tipo de contrato o condiciones de trabajo);
    · aspectos que afectan directamente a la empresa (sector de actividad, tamaño).
    Pueden existir también casos de discriminación probada en los que una mujer perciba una retribución inferior a la de un colega masculino por un mismo trabajo.
    Sin embargo, ni la discriminación ni estos criterios objetivos bastan para explicar la persistencia del fenómeno.
    Las diferencias salariales entre las mujeres y los hombres obedecen a una serie de elementos de carácter tanto jurídico como social y económico que superan el simple concepto de una retribución igual para un mismo trabajo.
    De acuerdo con el Tratado (artículo 141), debe garantizarse también la igualdad de retribución para un trabajo de igual valor. Esto plantea la cuestión de la valoración del trabajo y la valoración de las funciones. Todo indica que la mayoría de las profesiones y funciones ocupadas mayoritariamente por mujeres se valoran sistemáticamente menos que las "masculinas". Sin embargo, esta infravaloración no responde a ninguna justificación objetiva. Por ejemplo, a un mismo nivel de cualificación, puede retribuirse mejor la fuerza física que las habilidades en materia de relaciones humanas, e igualmente puede valorarse más la responsabilidad de la gestión del capital que la responsabilidad de las personas.
    Por otro lado, la diferencia de retribución puede reflejar también desigualdades vinculadas al mercado laboral. Estas desigualdades afectan principalmente a las mujeres. Entre ellas se encuentra:
    · la segregación horizontal del mercado laboral: las mujeres se concentran en un número de sectores y profesiones mucho más limitado que los hombres, y estos sectores y profesiones tienden a estar, por lo general, peor remunerados y menos valorados;
    · la segregación vertical del mercado laboral: las mujeres ocupan principalmente puestos peor remunerados y encuentran más obstáculos en su desarrollo profesional (solo un tercio de las mujeres ocupan puestos de dirección en las empresas de la UE);
    · las tradiciones y estereotipos: estos influyen, en particular, en la elección de la educación, en la evaluación y clasificación de las profesiones y en la participación en el empleo;
    · la difícil conciliación de la vida privada y la vida profesional que, en el caso de las mujeres, conduce a menudo al trabajo a tiempo parcial y a repetidas interrupciones de la trayectoria laboral, lo cual tiene efectos negativos en su evolución profesional.
    Las estadísticas ponen de manifiesto que las diferencias salariales aumentan con la edad, el nivel de estudios y el número de años de experiencia: las diferencias salariales sobrepasan el 30 % en el grupo de edades comprendidas entre los cincuenta y los cincuenta y nueve años (frente a un 7 % en el grupo de los menores de treinta años), exceden del 30 % en el caso de los titulados de la enseñanza superior, y solo llegan al 13 % en el caso de los trabajadores que han acabado el ciclo inferior de la enseñanza secundaria. Por último, pueden llegar a representar un 32 % en el caso de los trabajadores que cuentan con más de treinta años de actividad en una empresa, mientras que la diferencia de retribución se limita al 22 % en el caso de los asalariados que tienen de uno a cinco años de antigüedad.
    Además existen importantes variaciones en cuanto a las diferencias salariales entre Estados miembros, sectores y, a veces, incluso entre empresas.
    Combatir la desigualdad salarial entre las mujeres y los hombres
    Con el fin de contribuir eficazmente a la reducción de la diferencia de retribución entre las mujeres y los hombres, la Comisión pone de relieve las siguientes pautas de actuación:
    · aplicar mejor la legislación existente, acompañada de acciones de sensibilización; la Comisión realizará un análisis de las disposiciones actuales desde el prisma de la pertinencia de los instrumentos jurídicos existentes;
    · aprovechar plenamente la Estrategia Europea para el Crecimiento y el Empleo, en particular por medio del apoyo financiero europeo en todas sus formas (Fondos Estructurales);
    · promover la igualdad salarial entre los empresarios apelando esencialmente a su responsabilidad social;
    · fomentar el intercambio de buenas prácticas a escala comunitaria implicando a los interlocutores sociales.
    Contexto
    La eliminación de la diferencia de retribución entre las mujeres y los hombres es uno de los elementos centrales de la política europea en materia de igualdad de género y se puede encontrar en la mayoría de los instrumentos establecidos a nivel europeo:
    · el Plan de trabajo para la igualdad entre las mujeres y los hombres (2006-2010);
    · la Estrategia Europea para el Crecimiento y el Empleo;
    · el Pacto Europeo por la Igualdad entre Hombres y Mujeres;
    · los Fondos Estructurales;
    · los informes anuales publicados por la Comisión desde 2004.
    Una encuesta del Eurobarómetro de enero de 2007 revela que la mayor parte de los europeos se muestra a favor de una atribución más sistemática de puestos de dirección a mujeres (77 %) así como de escaños en las asambleas legislativas (72 %). La mayoría de los europeos (68 %) considera las responsabilidades familiares como un obstáculo para la evolución profesional de las mujeres. Cerca de la mitad de ellos (47 %) piensa que las mujeres tienen menos posibilidades de obtener una promoción, incluso estando igualmente cualificadas.
    Términos clave del acto
    Diferencia de retribución: la diferencia de retribución mide la diferencia relativa de la retribución bruta media por hora de las mujeres y los hombres para el conjunto de la economía. Constituye uno de los indicadores estructurales de seguimiento de la Estrategia Europea para el Crecimiento y el Empleo.

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